Sobre propiedades emergentes y sociedad.
Todos hemos tenido la experiencia de sentirnos emocionados con música. Una u otra obra musical es capaz de evocar en nosotros importantessentimientos. Una sinfonía, trova, jazz, rock o hip-hop. Propongo jugar a la ciencia para averiguar en cuál de sus unidades fundamentales, las notas musicales, reside esa propiedad que apela a nuestra emoción;si desmenuzamos la obra hasta encontrarnos con una corchea, una fusa o un fa, por muy sostenido que sea, nos encontraríamos con que la magia de la música se ha desvanecido. ¿Qué pasó con la maravilla,entonces? Ninguno de sus elementos fundamentales resulta poseer esa cualidad, es una propiedad que emerge de la organización y relación de las notas que componen la pieza. Una propiedad nueva, quenace de esa singular secuencia, de esa interacción única entre las notas musicales de la obra.
Lo mismo ocurre respecto a la poesía que nos estremece. Es sólo de esa particular relación que tienenentre sí las palabras que componen los versos, que brota la maravilla de la poesía “hay golpes en la vida tan fuertes, yo no sé”. Ni golpes, ni vida ni sé, pueden arrogarse la fuerza inmensa delverso creado.
Llevando esta idea hacia el mundo de las ciencias naturales, aparecen las propiedades emergentes de la materia. Si decidiéramos muy aplicadamente, buscar en cada uno de losaminoácidos de una proteína, su capacidad de acción enzimática, no la encontraríamos. Es una función nueva, cuya existencia surge de la particular posición que ocupa en el espacio cada uno de los aminoácidos queconstituyen la enzima y de las interacciones que ocurren entre ellos. Sigamos subiendo y lleguemos a la célula, un conjunto de átomos, moléculas, macromoléculas que tienen una determinadaorganización y relación de estos componentes. Y lo que surge entonces, como un gran salto cuántico, la nueva propiedad, es nada menos que la vida.
Podemos seguir saltando y pasar a la constitución de…