Breve historia del partido comunista de españa

Breve historia del Partido Comunista de España
Del sectarismo a la apertura
La historia echó a andar el 15 de abril de 1920. Ese día, el Comité Nacional
de las Juventudes Socialistas se adhirió a la III Internacional ­la
Internacional Comunista (IC)­ y rompió su ligazón con el PSOE. Nació así el
Partido Comunista Español. Un año más tarde, otro grupo de socialistas se
escindió yalumbró el Partido Comunista Obrero Español (PCOE). Convivían dos
organizaciones mellizas, que se llevaban a matar. La IC impuso la fusión.
Fue trabajosa, pero cuajó. Desembocó en el I Congreso, en marzo de 1922.
Desde entonces, sólo habría un nombre, el Partido Comunista de España. Al
frente, el primer secretario general, Antonio García Quejido, reemplazado al
cabo de un año por CésarRodríguez.
Las luces: la unidad de los años 30 y la política de reconciliación nacional
del franquismo.
El PCE de aquellos años era pequeño. Minúsculo. Condenado pronto al exilio
por la llegada de la dictadura de Primo de Rivera. Un partido «sectario»,
como admiten todos los historiadores, plegado en sí mismo, con exigua
influencia en el movimiento obrero y a las órdenes de un nuevo líder, JoséBullejos (1925­1932). «Con los comunistas, ni los buenos días», afirmaban
entonces los socialistas, recoge Rafael Cruz, profesor de la Universidad
Complutense de Madrid. Para este politólogo, ya apuntaba uno de los rasgos
definitorios del PCE: su voluntad de «vampirizar al PSOE», de comérselo.
El ostracismo se rompería mediados los años 30. No con el advenimiento de la
República, queel PCE despreció, sino cuando la República comienza a
flaquear, con la llegada de las derechas al poder. José Díaz, el nuevo líder
(1932­42), pilota la «estrategia unitaria», la convergencia con otras
fuerzas de izquierda en el Frente Popular.
Las sombras: el sectarismo de los años 20, las crisis desde los años 80 y
las sucesivas purgas
La Guerra Civil catapultó al PCE. Le consagrócomo «el partido de la
guerra», el de todos, abierto. Se convirtió en el primer defensor del Estado
republicano, el adalid de la política de unidad y la cohesión del Frente
Popular. «El PCE aparca su sueño revolucionario para ganar la guerra y
resistir, por lealtad a la República, como empujaba la URSS de Stalin, que
quería evitar la II Guerra Mundial», elogia el historiador Manuel Bueno.Los
expertos subrayan el «incontestable acierto» de una estrategia que se
tradujo a números. Si en 1935 el PCE contaba con 5.000 afiliados, en marzo
de 1937 ya tenía en torno a 250.000.
La infiltración en el régimen
La lucha continuaría tras la derrota. El PCE, comandado desde 1942 por
Dolores Ibarruri “Pasionaria”, mantuvo viva la llama guerrillera, los
maquis, como método paraderrumbar un régimen que podría caer si los Aliados
vencían al fascismo. El partido se contagió de las «técnicas más negras del
estalinismo», lamenta Carme Molinero, profesora de Historia Contemporánea de
la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Son años de purgas internas.
Pero la misma Pasionaria impulsaría desde 1948 un giro táctico clave, que
culminaría en 1954 con la adopción de la»política de reconciliación
nacional», que la doctrina rotula como el segundo gran éxito del PCE tras su
estrategia unitaria en los 30. Ibárruri y Carrillo ­el secretario general
desde 1960­ promoverán el entrismo, la infiltración en el franquismo, en su
aparato sindical, en el movimiento vecinal y estudiantil para, desde ellos,
organizar la lucha.
La reinvención del PCE desencadena,para Molinero, dos hechos. «Uno, dejar
atrás la Guerra Civil. Y dos, acercarse a los jóvenes hijos de los
vencedores», que miraban con displicencia el devenir de la dictadura. Y es
que el partido no es ajeno a la nueva estructura social, como advierten el
sociólogo Jaime Aja y el economista Eduardo Sánchez, expertos ambos de la
Fundación de Investigaciones Marxistas, dependiente del…