La fronda aristocratica en chile

La Fronda Aristocrática En Chile

Edwards, Alberto, La Fronda Aristocrática, Historia Política de Chile, Santiago, 1928. Nota preliminar de Alberto Edwards a la primera edición (1928).
Algunas características de la Aristocracia chilena
Sería interesante hacer el balance exacto del debe y haber de la aristocracia, como elemento de organización o desorden en la historia deChile. Los bien meditados artículos de don Rafael Maluenda nos invitan a dilucidar este problema. El distinguido escritor ha sido más que justo, benévolo, al juzgar el papel político de la alta clase social chilena; casi me atrevería a insinuar que ha exagerado un tanto sus virtudes organizadoras, que son y fueron siempre bastante negativas, como las de toda colectividad algo numerosa.El peluconismo, esto es, la aristocracia por más de veinte años quieta, obediente, dispuesta a prestar su apoyo desinteresado y pasivo a todos los Gobiernos, fue un milagro que inmortalizó a Portales, y el secreto del éxito de aquel hombre extraordinario. Antes y después de ese milagro, la historia política de Chile independiente es la de una fronda aristocrática casi siempre hostil a la autoridadde los Gobiernos y a veces en abierta rebelión contra ellos. Esa fronda derribó la monarquía en 1810, a O’Higgins en 1823, puso años más tarde el decenio de Montt al borde de su ruina, y desde entonces, hasta 1891, en los tiempos de paz como en los de borrasca, fue poco a poco demoliendo lo que había sobrevivido de la obra organizadora de 1833. Entonces, dueña ya absoluta del campo, se transformóen oligarquía. El liberalismo y el clericalismo ultra-montano, esos dos grandes movimientos espirituales de nuestra historia, fueron, si bien se considera, manifestaciones casi paralelas y contemporáneas del mismo espíritu de fronda. Por eso, a pesar de su aparente antagonismo, estuvieron el uno y el otro del mismo lado en los momentos decisivos: en 1859 como 1891. El común enemigo de ambos erael Poder.
No pretendo hacer crítica histórica, ni mucho menos negar las virtudes de la respetabilísima clase dirigente del primer siglo de la República. Me limito a recordar hechos y adelanto desde luego que, en mi opinión, no existen responsabilidades colectivas en la historia. Es propio de todas las aristocracias de verdad el ser frondistas, y aun hay que agradecerle y mucho a lanuestra, el que dejara de serlo por veinte años siquiera lo que nos permitió organizarnos. Temo que ninguna otra colectividad directiva y política sea ni ahora ni nunca de repetir. la hazaña. Los Portales no nacen tampoco todos los días.
La fronda de que hablamos no tuvo su origen, como las de Europa, en resabios de feudalismo mal vencidos por el triunfo del poder monárquico. Desde mucho antesde 1810, antiguas familias de conquistadores y encomenderos, arruinadas por el lujo y el ocio, o extinguida en la guerra o el claustro, se encontraban en plena decadencia. Nuevas estirpes de mercaderes y hombres de trabajo, con sólo tres o cuatro generaciones de opulencia y figuración social, las habían lentamente absorbido o desplazado.
Llegó así a dominar económica y socialmente en elpaís una aristocracia mixta, burguesa por su formación, debida al triunfo del dinero, por su espíritu de mercantilismo y empresa, sensata, parsimoniosa, de hábitos regulares y ordenados, pero por cuyas venas corría también la sangre de algunas de las viejas familias feudales.
Por otra parte, la desaparición o abatimiento de estas últimas había colocado a los nuevos magnates en la cúspidede la escala social, y esta circunstancia contribuyó a transformarlos en aristócratas de espíritu, empapados en sentimientos de superioridad de jerarquía.
Nada había en ellos de la pasión igualitaria de las burguesías europeas, porque tampoco hubieron de sufrir desdenes y humillaciones por parte de vanidosos hidalgos ni soportar las cargas de privilegios onerosos que, prácticamente, no…