La cultura de la ruina

LA CULTURA DE LA RUINA

Por Álvaro del Río Alegría

Este asunto de conservar nuestra historia, a través de antiguas y hermosas construcciones heredadas del pasado es un penoso mito que nos vendieron desde hace mucho tiempo los políticos y funcionarios que trajinan en los gobiernos.
Es muy grato escuchar que se debe proteger el patrimonio histórico. Nos suena a música y de la buena. Pero quetrecho grande hay entre el dicho y el hecho.
Desde que tengo uso de razón, escuche, leí y alabé a cuanta gentita sostenía y defendía que había que mantener nuestros monumentos.
Y para eso estaba allí, enorme, poderoso, el Instituto Nacional de Cultura. Una suerte de guarda impertérrito del patrimonio histórico de la Nación.
Ellos, con sus normas, proponían y determinaban los predios que erancalificados de monumentales y en consecuencia debían conservarse como tales.
Y nadie, así nadie, salvo ellos, los poderosos agentes de la cultura, podían decir que hacer en esos inmuebles, porque había que protegerlos y conservarlos tal cual. Punto. Sí pues, punto, porque allí quedaba todo.
Los guardianes de la cultura y de la historia no hacían más que encargarse de controlar cualquierintervención que iba hasta el color de la pintura, y todo debía ser previamente consultado, bajo apercibimiento de multa, denuncia y opcional berrinche, con pataleta.
Bien. Pero aquí tenemos justo el problema. Preservar un inmueble colonial o republicano, construido de adobe, madera y caña, no es precisamente muy barato. Y en la medida que son materiales degradables, esto es se afectan por la humedad olos insectos. Entonces ocurrió que salvo raras excepciones, eran pocos los propietarios que estaban en posibilidad o interés de efectuar un egreso importante para lograr sostener el inmueble en un estado razonable.
Y a eso se agrega que el centro histórico empezó a sufrir el embate de la informalidad municipal, que heredamos, como un mal endémico.
Y allí estamos, siendo testigos de cómo se noscae la historia y como el guardián del patrimonio –léase INC- resulta ocupante de una butaca de primera fila en la escena del descalabro de los monumentos, que esta encargado de preservar.

EL ORIGEN DEL ENTUERTO
Tuvimos curiosidad por conocer como era que habíamos llegado a esta situación. Hurgamos en archivos y apareció que todo esto se inicia en 1,972, durante el Gobierno Militar, cuandotodo se hacía por la voluntad de la fuerza y así la R.S. 2900-ED-72, decreta que el centro histórico de Trujillo constituye patrimonio arquitectónico monumental y que a partir de entonces el Estado era quien determinaba lo que se podría o no hacer con el inmueble.
Luego se suceden un buen número de normas reiterativas o coincidentes, hasta el 2,001, que se emite la Resolución Directoral Nacional Nº572-INC, suscrita por el entonces director nacional del INC, Enrique González Carré.
En ese documento, que es algo así como una sentencia de muerte a plazos, el INC determina, por la eminente voluntad de sus ilustrados expertos, cuales deben ser los inmuebles que constituyen a partir del 04 de Julio del 2001, patrimonio de la Nación.
La resolución esta contenida en tres carillas de papel y suparte considerativa tiene sólo 24 escuetas líneas. Así fue notificada a los propietarios y en resumen precisa que la casi sacrosanta Comisión Nacional Técnica Calificadora de Proyectos Arquitectónicos recomienda declarar monumentos históricos a 125 inmuebles ubicados en el distrito de Trujillo y simplemente los enumera, sin más explicación o sustento.
Y ya, así quedó. Pero aquí surge la preguntaobvia, ¿Cuál fue el motivo, razón o circunstancia que llevo a este grupo de eminencias de la cultura y la preservación a adoptar tal determinación?
Eso no se sabe, pues la resolución no lo dice y a los propietarios les llego solo el documentito comentado, adjuntado a un casi cordial oficio circular 010-2001-INC/LL-D en el que le hacen saber que debe defender y proteger –con la suya- el…