La condicion posmoderna

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Jean-François Lyotard

La condición postmoderna

Informe sobre el saber

Traducción de Mariano Antolín Rato

[INDICE]

TEOREMA

Diseño de la cubierta: Diego Lara
Ilustración de cubierta: Alberto Solsona

© Editions de Minuit
Ediciones Cátedra S.A. 1987
Josefa Valcarce 27, Madrid
Depósito legal: M. 41.455-1987
I.S.B.N.; 84-376-0466-4
Derechos de edición en IberoaméricaRed Editorial Iberoamericana S.A. (R.E.I.)
Derechos de edición en Argentina
Editorial R.E.I. Argentina S.A.
V. Virasora-1739/47 – (1414) Bs. Aires – R. Argentina
Segunda edición: junio 1991
I.S.B.N. 950-495-030-X

Indice

Datos de la edición impresa
Introducción
01. El campo: el saber en las sociedades informatizadas
02. El problema: la legitimación
03. El método: los juegos delenguaje
04. La naturaleza del lazo social: la alternativa moderna
05. La naturaleza del lazo social: la perspectiva postmo­derna
06. Pragmática del saber narrativo
07. Pragmática del saber científico
08. La función narrativa y la legitimación del saber
09. Los relatos de la legitimación del saber
10. La deslegitimación
11. La investigación y su legitimación por la performatividad
12. Laenseñanza y su legitimación por la performatividad
13. La ciencia postmoderna como investigación de inesta­bilidades
14. La legitimación por la paralogía
Notas

Introducción

Este estudio tiente por objeto la condición del saber en las so­ciedades más desarrolladas. Se ha decidido llamar a esta condición «postmoderna». El término está en uso en el continente americano, en pluma de sociólogos ycríticos. Designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del siglo XIX. Aquí se situarán esas transformaciones con relación a la crisis de los relatos.
En origen, la ciencia está en conflicto con los relatos. Medi­dos por sus propios criterios, la mayor parte de los relatos se re­velanfábulas. Pero, en tanto que la ciencia no se reduce a enun­ciar regularidades útiles y busca lo verdadero, debe legitimar sus reglas de juego. Es entonces cuando mantiene sobre su propio estatuto un discurso de legitimación, y se la llama filosofía. Cuando ese metadiscurso recurre explícitamente a tal o tal otro gran relato, como la dialéctica del Espíritu, la hermenéutica del sentido, la emancipacióndel sujeto razonante o trabajador, se decide llamar «moderna» a la ciencia que se refiere a ellos para legitimarse. Así, por ejemplo, la regla del consenso entre el destinador y el destinatario de un enunciado con valor de verdad será considerada aceptable si se inscribe en la perspectiva de una unanimidad posible de los espíritus razonantes: ese era el relato de las Luces, donde el héroe del sabertrabaja para un buen fin épico-político, la paz universal. En este caso se ve que, al legiti­mar el saber por medio de un metarrelato que implica una filo­sofía de la historia, se está cuestionando la validez de las institu­ciones que rigen el lazo social: también ellas exigen ser legitimadas. De ese modo, la justicia se encuentra referida al gran relato, al mismo título que la verdad.Simplificando al máximo, se tiene por «postmoderna» la in­credulidad con respecto a los metarrelatos. Ésta es, sin duda, un efecto del progreso de las ciencias; pero ese progreso, a su vez, la presupone. Al desuso del dispositivo metanarrativo de legitima­ción corresponde especialmente la crisis de la filosofía metafísi­ca, y la de la institución universitaria que dependía de ella. La función narrativapierde sus functores, el gran héroe, los grandes peligros, los grandes periplos y el gran propósito. Se dispersa en nubes de elementos lingüísticos narrativos, etc., cada uno de ellos vehiculando consigo valencias pragmáticas sui generis. Cada uno de nosotros vive en la encrucijada de muchas de ellas. No formamos combinaciones lingüísticas necesariamente esta­bles, y las propiedades de las que…