Ensayos las implicaciones de investigacion pedagogia infantil

El texto que sigue se publicó originalmente en Perspectivas: revista trimestral de educación comparada (París, UNESCO: Oficina Internacional de Educación), vol. XXIV, nos 1-2, 1994, págs. 315-332. ©UNESCO: Oficina Internacional de Educación, 1999 Este documento puede ser reproducido sin cargo alguno siempre que se haga referencia a la fuente

JEAN PIAGET
(1896-1980)
Alberto Munari1 La idea deconsiderar educador al gran epistemólogo y psicólogo suizo podría sorprender en primera instancia: en efecto, ¿cómo llamar educador a Jean Piaget que jamás ejerció esta profesión, que siempre se negó a considerarse pedagogo, hasta el punto de declarar: “En materia de 2 pedagogía, no tengo opinión” (Bringuier, 1977, pág. 194), y cuyos escritos sobre educación no 3 superan las tres centésimaspartes del conjunto de su obra? La perplejidad puede estar totalmente justificada si se piensa exclusivamente en la producción científica del propio Piaget. Sin embargo, lo es menos si se piensa en el considerable número de 4 obras de otros autores que se refieren a las consecuencias educativas de la obra de Piaget . Es un hecho que, desde hace muchos años, son innumerables los educadores y pedagogosde diversos países que se refieren expresamente a la obra de Piaget para justificar sus prácticas o sus principios. Pero ¿Se trata siempre de la misma interpretación? ¿Se hace referencia invariablemente a la psicología de Piaget o se evocan otros aspectos de su obra compleja y multiforme? ¿A cuál de los tan diversos Piaget debemos las aportaciones más importantes: al Piaget biólogo, alepistemólogo, al psicólogo, o estamos particularmente en deuda con el “político”, como podríamos calificar al Piaget director de la Oficina Internacional de Educación?

El combate de una vida: la ciencia
Empecemos por pintar el telón de fondo. Figura característica del académico “iluminado”, Jean Piaget luchó toda su vida contra las instituciones y los prejuicios intelectuales de su época, y tal vez tambiéncontra sus propias preocupaciones espiritualistas e idealistas de la juventud (Piaget, 1914, 1915, 1918), para defender y promover el enfoque científico. Incitado por un padre “de espíritu escrupuloso y crítico a quien disgustaban las generalizaciones apresuradas” (Piaget, 1976, pág. 2), iniciado de muy joven en la precisión de la observación naturalista por el malacólogo Paul Godet, director delMuseo de Historia Natural de Neuchâtel, su ciudad natal (ibid., págs. 2 y 3), lanzado, todavía en la escuela, al ruedo de la confrontación científica internacional –en 1911, a la edad de 15 años, publicó sus primeros trabajos en revistas de gran circulación– Piaget cedió rápidamente a la seducción y el rigor de la investigación científica. Escuchemos sus palabras: “Estos estudios, por prematurosque fueran, resultaron sin embargo muy útiles para mi formación científica; además, funcionaron, podría decir, como instrumentos de protección contra el demonio de la filosofía. Gracias a ellos, tuve el raro privilegio de entrever la ciencia y lo que representa antes de sufrir las crisis filosóficas de la adolescencia. Haber tenido la experiencia precoz de estos dos tipos de problemáticaconstituyó, estoy convencido, el móvil secreto de mi actividad posterior en psicología (ibid., pág. 3). Así, pues, y pese a dos importantes “crisis de adolescencia”, una religiosa y la otra filosófica (ibid., pág. 4), Piaget llegó progresivamente a la convicción íntima de que el método científico era la única vía legítima de acceso al conocimiento y que los métodos reflexivos o introspectivos de la 1 tradición filosófica en el mejor de los casos sólo podían contribuir a elaborar un cierto conocimiento (Piaget, 1965b). Esta convicción, cada vez más fuerte, determinó las opciones básicas que Piaget asumió hacia los años veinte y que nunca más modificó, ya se tratara de la psicología que decidió estudiar, de la política académica que decidió defender o del compromiso que aceptó contraer ante…