Dormir, soñar y resucitar

Dormir, soñar y resucitar
Reflexiones sobre los cementerios
Mauricio Sánchez Patzy [email protected]
Dos ángulos rectos de cuarteles de nichos blanquísimos, recién construidos sobre el arenal abierto, cuatrocientos metros por el lado del camino y trescientos reptando un médano, era el cementerio; un cuadrilátero inconcluso. […] Las puertas de los nichos daban para el lado del médano, unmédano no abrupto. Desde la carretera se veían claramente las filas de ventanas de nichos vacíos en la parte de los cuarteles que subían hacia el cerro. El sector de los pobres ocupaba las faldas y la cima del médano. No había nichos allí, sólo cruces clavadas en desorden, con una leyenda o simples iniciales y una fecha en el madero horizontal. No eran de madera oscura las cruces, pero, por loblanquísimo de la arena, peinada siempre por el aire, la madera reseca parecía oscura. Las cruces en desorden sombreaban el médano frente a los cuarteles rectos que se protegían en ángulo. Ramos de flores se soasaban en los nichos y unos arbolitos de ciprés, recién plantados, en fila, aleteaban cerca de los cuarteles. José María Arguedas, El Zorro de arriba y el zorro de abajo.

Voy a hablar de un lugarespecial: el dormitorio. No importa si es el de los vivos o el de los muertos. El dormitorio, donde todos yacemos, es el comienzo y el fin de la vida. Recordemos que, por la metáfora griega, los romanos designaron así a los cementerios. En efecto, del griego koiman, acostarse, deriva koimêtêrion, dormitorio, y su versión latina, cœmeterium, palabra que tomó prestada el español medieval. Y eldormitorio es el lugar más íntimo, más personal, pero también es el núcleo de la ciudad. Está hecho para dormir, pero también para soñar. Cada mañana resucitamos, y tal vez los cementerios se construyen esperando ese magnífico evento de la vida. Dormitorio y nicho se parecen. El uno es de paso; el otro, una puerta para pasar. No me detengo aquí en la historia de los cementerios. Prefiero rememorar elmito de Antígona: la hija de Edipo que, desoyendo la ley humana, salió de las murallas de Tebas para enterrar con ritos y honores a su hermano Polinices, muerto tras invadir su propia ciudad, en manos de Eteocles, el hermano rival. Dictamina Creonte, el nuevo rey, que Polinices es un traidor. Y como tal, no merece entierro digno, sino ser abandonado en el desierto para ser devorado por cuervos yperros. Pero tal decisión lleva a Creonte a la desgracia. No sólo se suicida Antígona, sino también su hijo Hemón y su esposa Eurídice. Contravenir el orden sagrado y cultural de los ritos funerarios trae la desgracia. Creo que el mito de Antígona resume una antigua sensación humana: el rito funerario es fundamental para consolidar una sociedad, como la no-naturaleza, artificio plantado contra elsalvajismo de las fuerzas nocturnas de la bestia natural. Como la palabra, la agricultura y los modales, el cementerio es entonces humanidad. Si la primera vence al grito, la segunda al caos y los terceros a la brutalidad, el cementerio vence a la muerte. O por lo menos nos lo hace creer. No importa cuán simple sea el rito y cuán abierto sea el lugar. Allí se planta una cruz, una marca, un fuegopurificador, una señal de homínidos. Eso es bastante. Incluso la antropofagia es ritual, y el cuerpo del comedor es cementerio, alojamiento de almas. La suerte de Polinices no la quiere nadie. Andando los siglos de humanidad, tantos rituales y tantos lugares se convierten en dormitorios, tumbas, panteones, hipogeos, que no se los puede detallar. El mundo soterraño, el mar y las cenizas de FedericoEngels, el espacio infinito, las catacumbas, los atrios de iglesia, los desvanes. Incluso ahora, la Telaraña Mundial o Internet es un sitio que funciona como camposanto. Emorial, proyecto alemán, es un cementerio virtual, y ya figuran en él cien mil durmientes. Cuando lo visito, encuentro tres nombres renombrados que partieron recientemente: Sidney Pollack, Isaac Hayes, Richard Wright. De…