Discriminacion y violencia de género

DISCRIMINACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO
Pablo Cuellar

A la hora de abordar cualquier tipo de estudio o reflexión que se desee plantear sobre el fenómeno que se viene denominando Violencia de género, quizá debamos partir de una base. Preguntarnos el por qué precisamente de la existencia de este fenómeno como un problema específico, y el por qué de los esfuerzos que entendemos debenhacerse por eliminar tal tipo concreto de violencia.

El Significado

Nosotros vamos, precisamente, y tratando de responder a estas cuestiones que hemos entendido debemos formularnos, a sostener que la existencia de una forma de violencia específica y particular contra la mujer, por el hecho de serlo, por su propia condición de mujer, distinta a otros tipos de violencia que puedanplantearse en nuestras sociedades o que hayan sido objeto de otro tipo de atención, tiene su origen mismo en el propio papel –claramente secundario, subordinado- que se le ha asignado históricamente, y que en buena medida aún se le asigna, a la mujer. Efectivamente, y por más que pueda parecer una obviedad, debemos constatar la existencia clara, desde el inicio casi de las civilizaciones, de unadiscriminación a la mujer. Discriminación que ha tenido vigencia en todos los campos sociales imaginables: en el trabajo, en el hogar, en la vida pública y política… Y esta realidad social ha tenido, desde siempre, su apoyo, justificación y plasmación solemne en la posición que a la mujer se le ha reservado en el Derecho, en las instituciones jurídicas, en la regulación de las relaciones yconflictos y su solución que constituye la misión de los ordenamientos jurídicos que, en mayor o menor grado de desarrollo, tienen y han tenido cada sociedad organizada.
Si en la actualidad, y al menos en las sociedades avanzadas, adoptamos como principio esencial el de igualdad entre hombre y mujer, objetivo, y realidad, que debe constituir un pilar fundamental de nuestra forma de entender laconvivencia y la vida social, lógicamente hemos de prestar atención a la eliminación, pragmática y no sólo dogmática, de cualquier forma de discriminación, y como consecuencia de ello la supresión de la forma de discriminación más agresiva, irracional e injusta: el ejercicio de violencia contra la mujer, en definitiva, la existencia –hoy incuestionable- de la Violencia de Género.

PosiciónInferior

Como hemos explicitado, es lugar común la tradicional postergación de la mujer en el disfrute de derechos y libertades en la misma medida que estos han correspondido al hombre. Su posición ha sido, casi de forma unánime, de inferioridad con respecto al hombre, y ni siquiera la conquista y el reconocimiento de derechos individuales políticos y sociales al género masculino ha idoacompañado de la inclusión en esa conquista o avance del género femenino, reservándose a este siempre otro tipo de roles o posiciones, circunscritos generalmente al ámbito del hogar y dependientes de la condición masculina. Por tanto, esa auténtica discriminación ha calado en absolutamente todos los ámbitos, y, por supuesto, insistimos, ha venido bendecida por el Derecho.

La EvoluciónPero este plano de marginación institucionalizada va a empezar a ir cambiando, muy lentamente, en las sociedades occidentales, a partir de mediados del siglo XIX, y a iniciativa de las propias mujeres, que van a tomar conciencia de su discriminación y van a empezar a luchar contra el status quo imperante. Como suele pasar, en gran medida enfrentándose a muchas mujeres también que han entendidolos movimientos reivindicativos femeninos como inadecuados a la moral y buenas costumbres, o simplemente histriónicos y banales.
Ni siquiera, como apuntábamos, las rupturas traumáticas con lo establecido a nivel político, como la que originó la Revolución Francesa y los posteriores movimientos revolucionarios burgueses que finiquitaron el Antiguo Régimen, supusieron un reconocimiento de…